Sencillo y simpático, Gonzalo Farías se presentó ante nosotros -el Viernes 20 de Mayo-, sin falsas apariencias, y con toda la naturalidad de quien se siente en casa. Como quien contara un cuento a sus mejores amigos, comienza el concierto con sus propias composiciones, junto a Camilo Lema en el bajo eléctrico y Pablo Martínez en la batería.
A pesar de estar ubicados en el corazón de Santiago, y en el medio de lo que es la mayor protesta de este año, a causa de la polémica Hidroaysén, el evento no se suspendió. Ni las lacrimógenas nos intimidaron para quedarnos hasta el final. Por el contrario de lo que se podría esperar, el auditorio tuvo público abundante y suficiente para comenzar el show.
Espontáneos, los tres nos deleitan con jazz fresquito, y blues para entrar en onda. Y aunque sin letras de amor, ni revolución en sus composiciones, nos dejamos llevar por las melodías, la improvisación y el ritmo. Esto es lo rico, complejo y vertiginoso del formato Trío; cada uno está expuesto, y con toda la responsabilidad encima, cada músico debe permanecer sólido en su rol musical.
Haciendo bromas de sí mismo por su particular creatividad al momento de bautizar sus composiciones, Gonzálo se ríe, y nosotros con él, pues al parecer no es la tarea que más le guste, ni le entretiene, o simplemente no le preocupa, o quizás le complica, en fin, resulta ser, sin querer, la tarea con más anécdotas. Temas como "D.O.S.", "Tres" o "Intervalo sin Silencio", resultan ser, finalmente composiciones llenas de honestidad y creatividad.
*Por Paula Carmona
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