30.7.09

Moca. Un Rediseño Musical Delicioso


Comencé a conocer a Moca en Projazz, estudiando. Sin embargo, en algo es distinta esta compañera; su camino como cantante ya tiene varios años de historia, y el estudio en ésta faceta parece ser una consecuencia, un agregado a su oficio artístico para enriquecerlo, no el fin primero.

Mi primera impresión, hacia ella, fue de gran simpatía, por su buena voluntad de compartir; la he visto bien dispuesta a ayudar, así de simple, sin prejuicios a sus “compañeritos” (de menor edad). Entonces veo que la actitud positiva en una persona, es una virtud, pero más aún, es la claridad de que todo se consigue con la experiencia del trabajo, la maduración del oficio.

Así de simple.Me interesó mucho su propuesta por el elemento performático que ella integra al show. Desde el vestuario, la conexión con el público, hasta el repertorio -que es un verdadero viaje, como ella lo dice, además exótico y para todas las generaciones -. Me refiero a proyectar más que solo lo musical, "Ser performer", considerar que lo que sucede es un espectáculo, y al ser consiente de esta arista, el hacerse cargo de ello es acaso la mayor problemática, lo que a mi parecer no es un elemento relevante para muchos músicos.

Desde mi mirada, lo que más me encantó es la alegría, espontaneidad, el humor que maneja, y sobre todo que se relaciona con las personas presentes, dialogando desde un lugar honesto.En el, siempre lleno, Bar Catedral presencié su show “Cosmopolitan Cabaret” desde la escalera –que viene a ser como galeria- . No es un bar categoría estudiante, pero no por eso menos entretenido, si soportas que te pisen y empujen.

El caso es que llega ella, con su poco piola vestuario, muy bella con un peinado de “alta alcurnia”, y acompañada de tres galanes “fina estampa”, no en calidad de guardaespaldas, sino como músicos “cinco estrellas”… en camisa y corbata.Es imposible no acalorarse, si la protagonista de la noche se sube con tanta energía al escenario, tirando alguna prenda al público antes del minuto, y gritando voz en pecho “¡hola, cómo están!”, cual living de su casa. Es que debe ser la anfitriona, esa la actitud.

Luego de eso ya están todos callados, escuchando. Bueno, la verdad, ni tan callados, pues la dama tiene toda una corte de fanáticos buenos para el chiste, que ocupan la mitad del recinto. Y los cuales, al parecer, no solo la admiran a ella; pues piropos van y vienen con los nombres de Américo O. al teclado, Andy B. en la batería, y Miguel P. en el bajo, quienes dejaron a hombres y mujeres envueltos en llamas (me incluyo), con su interpretación. Hubo para todos los gustos (me refiero a la música), en un amplio repertorio: rock, pop, funky, baladas al estilo Moca… y en todos los idiomas desde el italiano al árabe, pasando por el alemán y el francés.

En este “Streaptease para los sentidos” se refleja un completo trabajo de diseño, cuyo objetivo final, y bien cumplido es seducir. Que en todo caso es el objetivo de cualquier espectáculo, y porqué no, el sentido primordial del acto musical, sino pregúntenle a los griegos.

Escrito por Paula Carmona, estudiante de segundo año de la carrera de Intérprete con especialización en canto, también estudia Composición Musical en el mismo instituto. Desde Julio es colaboradora del staff extensión y comunicaciones de Projazz. Para nuestro próximo Post, Paula preparó una interesante entrevista con Moca.
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28.7.09

Entrevista a Carl Hammond


Recordamos en este post la entrevista realizada a principios del año al académico Carl Hammond, Doctorado en Composición Musical Universidad de Sydney, Australia y BM y Master en Teoría y Composición Musical (USA) que desde marzo, integra el cuerpo docente de Instituto Profesional Projazz.



¿Cómo y cuándo comenzó tu interés por la música?


Mi interés por la música comenzó en la escuela, cuando tenía once años. Yo y compañeros de mi edad tuvimos mucha suerte, porque en esa época la mayoría de las escuelas públicas de los Estados Unidos tenían un programa de música que estaba disponible para todos.



¿Cómo ha sido tu experiencia trabajando con orquestas en diferentes lugares del mundo?


Mi vida ha sido interesante en ese sentido, porque he tenido la oportunidad de viajar y conocer muchos lugares, he compartido con muchos músicos alrededor del mundo. Me siento bendecido porque la música me ha dado mucha diversión y retribuciones.



En tu experiencia ¿Cuál es la diferencia entre tocar, componer y dirigir?


Para mi es muy gratificante hacer las tres cosas. Mis experiencias en cada actividad han mejorado mis habilidades en las otras, se complementan muy bien y me hacen un músico más completo.



¿Cómo y por qué llegaste a Chile?


Había visitado el país dos veces y pensé que sería una buena idea venir a vivir acá. Es muy distinto a Estados Unidos, la gente es muy amable y acogedora.



¿Cómo llegaste a Projazz?


Durante una de mis visitas conocí a George Abufhele y surgió la posibilidad de trabajar en Projazz, me interesó y ahora estoy haciendo clases en la escuela, empezaré pronto a dirigir el coro y además estoy de co-director de la Big Band junto a Gerhard Mornhinweg. Me gusta la escuela, los estudiantes y todo lo que he vivido estando aquí.



¿Qué piensas del nivel musical chileno? ¿Qué aporte harías?


Todavía no he tenido la oportunidad de escuchar a muchos músicos acá, pero he oído que tienen un nivel muy alto. La Big Band de Projazz tiene, sin duda, un potencial igual o mayor que la mayoría de las Big Band de las universidades en Estados Unidos. Me siento muy feliz y orgulloso del trabajo que ellos están haciendo.



¿Cuáles son tus proyectos para este año?


Primero que nada como profesor me interesa ayudar a todos mis estudiantes tanto cuanto sea posible, también me gustaría establecerme como músico y director aquí en Santiago, y además tengo una variedad de proyectos de composición que quisiera completar.

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24.7.09

Entrevista a Carmelo Bustos



El saxofonista y clarinetista Carmelo Bustos, integrante de la orquesta de Joe O’Quendola, Director de la primera generación de la Orquesta Huambaly (1954- 1964) especialista en música cubana, músico de la Universal Orchestra y profesor del proyecto Conchalí Big Band; nos habla de sus primeros acercamientos a la música, sus mentores y la escena musical nacional pre dictadura.



¿Cuándo comenzó su inquietud musical?

A los cinco o seis años tocaba el pito, me los hacía yo mismo, son de chicuta y en Lota hay mucha chicuta seca y con un fierro caliente se atraviesa y se ahueca.La única calle que había en Lota era la calle donde vivía yo y la escuela de música donde tocaba la banda de Lota estaba a cuatro cuadras, así que de ida o de vuelta la banda pasaba por mi casa y cada vez que los escuchaba me transportaba, tenía como siete u ocho años y le decía a mi mamá que me fuera a dejar a la escuela, que yo quería estudiar música, eramos ocho hermanos y mucho que hacer para ella, así que siempre me contestaba: “Mañana te ire a dejar”, así pasó un año hasta que mi padre le dijo: “Te doy dos días de plazo para que lo vayas a dejar”, entonces mi mamá me llevó. El día que fui estaba el maestro, que era un muy buen músico, un trompetista de Santiago, y me preguntó: “¿Te gusta la música?” “Si!” respondí, “¿Qué tocas?” “El pito”. Mandó a buscarme un flautín y comencé a tocar melodías.Cuatro meses más tarde el maestro me dijo: “Te voy a hacer un bien, tú no lo entiendes ahora, pero me lo vas a agradecer. Te voy a pasar el clarinete”. Mientras todos jugaban en la escuela yo estudiaba el clarinete, siempre me molestaban por eso. Un día el maestro los sorprendió y me dijo: “Desde mañana estudiarás en mi oficina”. El maestro de aquella escuela en Lota fue mi único maestro, nunca estudié con nadie más. A los doce o trece años me compré un saxofón con la plata que ganaba en la banda donde trabajaba desde los once años, y a los trece años ya tocaba todos los arreglos de las orquestas: de trompetas, de trombón. Así empecé a trabajar en cancheos con gente mayor que yo, luego trabajé en los conjuntos y me retiré de la banda de Lota. Al dejar la banda me fui a trabajar a Tomé tocando trompeta, esto fue como a los 16 años, a esa edad me estaba ganando la vida como profesional, tenía mi sueldo tocando en agrupaciones, pero yo quería ser músico así que partí a Concepción a conocer la vida nocturna a los 17 años, con la ayuda de Dios comencé a tocar con los músicos que tocaban en los bares.


¿Cómo fueron tus comienzos como músico profesional?

En Concepción conocí una orquesta de negros cubanos, era mi sueño tocar en una orquesta así, el saxofonista con el que tocaban era argentino y no le gustó Concepción y decidió volverse a Argentina, el director decidió que yo tomara su puesto, pero como tenía 17 años tuve que pedirle una carta a mis padres para que el director fuera mi representante. Con esa orquesta viajé a Santiago y empecé a conseguir mucho trabajo.


Comparando tu experiencia con la que vive acualmente un músico en Chile ¿Qué ha cambiado?

Creo que el cambio podría tomarse como una desgracia para los músicos. El golpe de estado cambió muchas cosas, imagínate lo que son quince años de toque de queda, eso cambió la mentalidad de la gente. Antes en Santiago habían alrededor de 60 locales, todos con orquestas bailables, había mucho trabajo para los músicos, se ganaba mucha plata en esos tiempos.


¿Y qué pasó con tu vida durante esos años de toque de queda?

En ese tiempo bajaron los sueldos, yo pasé de ganar un millón de pesos en el casino de Viña a ganar sesenta mil. Un día llego Valentín Trujillo y, sabiendo lo mal que yo estaba económicamente, me invitó a tocar en Sábados Gigantes que extrañamente fue el único lugar donde los sueldos se mantuvieron iguales. Trabajé ocho años ahí y gracias a eso no me sentí afectado por la falta de trabajo.


¿Cómo se aprendía música en aquella época?

No habían muchas escuelas, se aprendía tocando. Aparte del Conservatorio de Música estaba el Club de Jazz donde los profesores tocaban muy bien pero no sabían música, se enseñaba lo que se sabía. Hoy hay muchas escuelas y academias pero no lugares donde tocar.


¿A que te habrías dedicado si no fueras músico?

A mi no me gustaba nada más que la música, como viví en Lota odiaba las minas, veía siempre llegar a mi cuñado con los ojos negros, vi gente salir como pavos asados, muertos, nunca quise trabajar en las minas. El espíritu de superación y mi única salvación en la vida era la música.


Con toda su experiencia, ¿Qué nos aconseja a los músicos jóvenes?

Ocupar el cerebro, hay que tener conciencia del potencial de su cerebro para no perder el tiempo en leseras. La perseverancia también es muy importante porque nada es fácil al principio. Es muy importante entender que uno tiene que imitar al instrumento y el instrumento lo tiene que imitar a uno.
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22.7.09

Entrevista a Gerhard Mornhinweg


Entrevistamos al trompetista, cornista y Subdirector de la Carrera de Intérprete de Instituto Profesional Projazz, Gerhard Mornhinweg, formado en la Universidad de Chile y director de la Projazz Big Band. El músico dirige además la Conchalí Big Band, con la que ha realizado importantes y destacadas presentaciones a nivel nacional e internacional. Aquí algunas de sus impresiones para este año.


¿Dónde diste tus primeros pasos musicales?

Los primeros pasos los dí como cornista en Concepción


¿Cómo fue tu experiencia en Europa?

Interesante: comprendí que era mejor ejecutante de lo que pensaba, pero que no sabía nada en cuanto a técnica ni estética. Tocaba por puro instinto.


¿Cómo surge la idea de formar una Big Band en Chile? ¿Por qué en Conchalí?

En 1994 empecé a trabajar en Conchalí porque ahí querían hacer una orquesta o banda. Primero formamos una banda de conciertos tipo orfeón y luego fuimos insertando poco a poco el lenguaje del swing y el jazz, hasta terminar como big band. La idea de transformarse en big band es colectiva, de los integrantes de entonces de la banda y de los profesores. Fue muy importante en este proceso el trabajo de los profesores Jorge González (guitarra, armonía e improvisación) y Carmelo Bustos (saxo y clarinete).


¿Tienes alguna predilección por algún estilo musical en particular?

Me gusta toda la música bien hecha, que implique arte.


¿Cómo ves el medio musical actual en Chile?

El medio musical chileno lo veo pujante en calidad y variedad pero deficiente desde el punto de vista económico. Es urgente que el gobierno tome cartas en el asunto.


¿Te sientes realizado como músico?

Más que como músico, como formador de músicos. Y agradezco al destino y a la vida poder ser partícipe en el desarrollo de todos esos talentos que aportan tanto a la calidad de la vida con su arte.


Con tu experiencia ¿Que consejo le darías a los músicos jóvenes?

Ser ordenado, estudioso y sincero consigo mismo. Trabajar en la esencia de cada uno, en el verdadero Ser, en la calidad como persona. Tener paciencia y confianza en sí mismo.


¿Cómo ha sido tu experiencia con la Big Band de Projazz?

Variada: de pronto hemos tenido grandes aciertos y de pronto no nos resultan las cosas como queremos. Pero este año, y con la ayuda de Carl Hammond, creo que estamos empezando un proceso nuevo y auspicioso.

¿Cuáles son tus proyectos para este año?

Sobrevivir...
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